Me llamo Caro y conocí a un hombre llamado Jesse en el sitio web Dating.com. Congeniamos al instante y chateábamos durante horas sobre nuestros intereses y sueños comunes. Cuando Jesse me dejó caer que estaba organizando un viaje a Colombia, no podía creerlo. El día en que llegó, yo era un manojo de nervios, pero a la vez fue una sensación emocionante. Nuestra conexión se volvió aún más fuerte en persona, como si nos conociéramos de toda la vida. Jesse y yo pasamos unos días fabulosos explorando juntos las preciosas calles de mi ciudad. Cada momento con él era como un sueño hecho realidad. Cuando su viaje llegó a su fin, por desgracia teníamos que enfrentarnos a la inevitable despedida. No obstante, hicimos la promesa de mantener el contacto y hacer más planes para nuestras futuras aventuras. Aunque nos separaban kilómetros de distancia, nuestros corazones seguían entrelazados, alimentados por los recuerdos de lo bien que lo pasamos juntos en Colombia. Y mientras contemplaba el avión de Jesse desaparecer en el horizonte, supe que nuestra historia de amor no había hecho más que empezar.
